lunes, 26 de septiembre de 2011

A todos


Llueve copiosamente sobre Caracas.  Con ese sonido de la naturaleza, escribo estas líneas, dirigidas a todos. Es cuestión de quien quiera leer mis notas, recibirlas o rechazarlas, comentarlas, difundirlas e incluso rebatirlas. 


Esta tipo de lluvia me asusta un poco porque imagino mucha gente desprovista de seguridad  básica de techo y piso firme. Eso es un lugar común a nivel mundial, pero en mi Venezuela querida y, particularmente en Caracas, es una realidad lamentable.  Una momento más para recordar tantas promesas incumplidas, tanto dinero malversado y dilapidado, así como la negligencia campante e impúdica. También mucha ignorancia o falta de educación, si suena menos duro. 


Educación y cultura, allí la clave del verdadero desarrollo. Lo sostengo. Transversal e integral, sobre valores y principios sólidos, sin lugar a dudas. También incorporar el deporte y todo aquello que suponga el buen concepto del ocio. Desde allí se repotencia el individuo y la sociedad como colectivo.  Producir riqueza desde lo intangible para que se manifieste, a plenitud, en tangible. No sólo riqueza de dinero; esa sería una parte de ella. Importa la riqueza de sentimientos, conocimientos, y acciones. 
 

Escampa. La lluvia de este mediodía me renovó las energías. Puse en orden algunas ideas y las transcribí en estas líneas. Muchas otras quedan transitando, esperando un momento, de sol o lluvia, para figurar sobre el papel. 


Me despido, hasta nuevo aviso


Ana María Pigna Trujillo
Caracas, 25 de septiembre de 2011

1 comentario:

Pilin León dijo...

Prima
Verdaderamente la lluvia que para algunos tiene connotaciones hasta románticas, en nuestra amada Caracas puede convertirse en una tragedia.
que distintas son las percepciones de las personas para cada situación.
caracas es una ciudad que no se merece ese enrome cordón de miseria. ha tenido recursos para ser no solo la capital de latinoamérica sino una de las mas bonitas del mundo..
Un beso