Venezuela, país de esperanza
Hace unos años, cuando trabajaba en Buenos Aires, una señora argentina me
dijo "Venezuela me enseño la alegría de vivir". Ello se me ha quedado
grabado desde entonces.
Rescato esta anécdota para hablar
del país de esperanza. Es posible que para algunos resulte insólito, incluso
absurdo, usar tal expresión, sobre todo porque abundan los indicadores
negativos que reflejan un panorama sombrío.
En especial, hay hechos que muestran serios problemas asociados con la violencia, la criminalidad y la
corrupción.
No obstante, he decidió hablar del país de la esperanza. Lo sustento en
los innumerables indicadores positivos de aspectos, tangibles e intangibles,
que suelen ser escasamente abordados o publicitados. No es cuestión de apuntar
a aquellos que felizmente si son muy conocidos, como el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles, las
espléndidas playas, mujeres que ganan concursos de belleza, entre otros.
Considero sustantivo destacar, en primer orden, el capital humano del país. Gente capaz de
sonreír y mantener el buen humor incluso en tiempos de adversidades. Personas
emprendedoras en todos los extractos sociales, si se quiere hablar en esos
términos. Venezolanos quienes demuestran
a diario que con determinación y sincero compromiso se alcanzan las metas que
se proponen. En ese contexto, resalto
los múltiples talentos - conocidos y por conocer – culturales y deportivos, así
como en la ciencia, la tecnología y tantas otras disciplinas.
Asimismo, es oportuno subrayar que Venezuela no es sólo un país
petrolero, ya que es tierra bendecida por infinitos recursos naturales, los
cuales estoy segura se les puede sacar el mejor provecho para el bienestar y
progreso de sus ciudadanos.
A pocas horas de iniciar unos comicios electorales históricos por su
relevancia, reitero que Venezuela es un país de Esperanza, con la merecida E en
mayúscula.
Ana María Pigna
@en_serio
Caracas, 6 de octubre de 2012
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